Por fin, después de mucho tiempo inmersa en el fascinante mundo de los blogs de cocina, me he decidido a crear el mío. No me considero más que una aficionada y no sé si podré aportar algo nuevo a tantas cosas maravillosas que ya hay por este mundo virtual, pero al menos espero que este blog me sirva como cuaderno de recetas para mí misma, mi familia y mis amigas, y si al mismo tiempo sirve para compartir experiencias con algunos de vosotros, pues muchísimo mejor, así que si por casualidad llegas a leer esto, no dudes en dejar un comentario, será una gran alegría saber que hay alguien al otro lado...
Bueno , pues manos a la obra, aquí os dejo mi primera receta, ya sé que es algo tarde para poner recetas navideñas, pero es que a estas tortas les tengo un cariño especial...
Una tarde de primeros de diciembre, mi casa empieza a oler a Navidad, el horno está encendido toda la tarde, la cocina llena de trastos y todo el que entra dice lo mismo: Ya estás haciendo las tortas!!!
Yo acabo rendida, pero merece la pena porque todas las mañanas me tomo dos o tres mojadas en el café con leche y disfruto lo indecible con ese saborcito tan característico que para mi es el verdadero sabor de la Navidad, mucho más que el turrón, el mazapán o las galletas decoradas, que serán muy bonitas, pero que no se pueden comparar con este sabor que llega a través de tantas generaciones y que me hace sentirme como un eslabón en la transmisión de las tradiciones de mi tierra. Esta receta me la dió mi suegra, de cuando amasar era una fiesta vecinal y se llevaban los amasijos al horno...Ahora ya las hacemos en casa, pero el espíritu sugue siendo el mismo. Mi hija también las hace todos los años y espero que la cadena no se rompa con ella...
Son sumamente fáciles de hacer, siempre salen buenas y nunca dan problemas. Se conservan durante todo el mes, yo diría que cuanto más tiempo pasa están más ricas, se van poniendo más tiernecitas...Hummmm!!!
La receta lleva tres kilos de harina, que es lo que yo hago, pero para probarlas podeis hacer la cantidad que queráis.
Tortas escaldadas de Pascua
Ingredientes:
3 K. de harina
1 K. de azúcar
Mitad de cuarto de piñones
20 Gr. de matalaúva
375 ml. de anís
Una taza de naraja escurrida
3 sobre de levadura Royal
Se pone a calentar el aceite con una cáscara de naranja y cuando esté hirviendo se echa sobre la harina que tendremos en un recipiente bien grande, se va moviendo la harina para que el aceite la vaya "escaldando", luego se echan los demás ingredientes y se amasa para que todo se mezcle bien.
Ya solo queda extender la masa con un grosor de un centímetro aproximadamente e ir cortando las formas, ponerlas en una bandeja de horno, pintarlas con huevo batido y echarles un poco de azúcar por encima. Se hornean a 190º hasta que estén doraditas.