El Desafío: De como el Señor Marco Polo arribó a Cartagena y vino a cenar a mi cocina

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Hace veinte días recibí una misteriosa misiva, no un e-mail, ni un mensaje en Facebook, ni siquiera un WhatsApp, sino una carta amarillenta y escrita a mano en la que se me comunicaba que El Señor Marco Polo arribaría al puerto de Cartagena próximamente y que habiendo llegado a sus oídos noticias de lo mucho que me gusta preparar deliciosas viandas, solicitaba la merced de ser recibido en mi morada para disfrutar de alguno de mis platos.

La verdad es que me quedé un poco desconcertada, pero como buena gastrobloguera no podía dejar pasar la oportunidad de tener un excusa para cocinar, así que le respondí que me sentiría muy honrada de recibir a tan grande señor e intentar agasajarle como la ocasión merecía.
Entonces llegó el momento de pensar qué ofrecerle a alguien que ha llegado a ser el paradigma del viajero y de lo exótico…lo primero que pensé fue prepararle algunos platos chinos o de Asia Central, pero habiendo visto tantos capítulos de Españoles por el mundo me he dado cuenta de que quien vive fuera de su país, lo que más añora es la comida de su tierra, así que para que se sintiera como en casa, me decidí por una cena veneciana.
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Mi invitado llegó puntualmente, era un hombre de mediana edad, con barba poblada y ojos penetrantes, con una cortesía que hace tiempo desapareció de nuestro mundo, me agradeció que lo acogiera en mi casa y se disculpó por las molestias que me pudiera haber causado.
especias
Me ofreció una preciosa cajita llena de especias recién traídas de Oriente, y como el hambre ya apretaba, nos sentamos a la mesa deseando él probar mis viandas y yo escuchar sus historias.
Se mostró gratamente sorprendido por la elección del menú, pues confesó que estaba un poco cansado de los nidos de golondrina y la sopa de aleta de tiburón, por no hablar de los rollitos de primavera y el pato laqueado que le hacían comer en cada sitio donde lo invitaban.
Alabó generosamente todos y cada uno de mis platos, pero lo que más le emocionó fueron los frittelle (o fritoe como él los llamaba) un dulce típico del Carnaval veneciano que este año no había podido probar ya que se encontraba en plena navegación hacia España. En honor a la verdad he de decir que son una verdadera delicia y con ellos y una copa de grappa la conversación fluyó amena durante horas…
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Me contó cómo a los diecisiete años dejó su amada Venecia para viajar a Oriente con su padre y su tío, me habló de los grandes espacios de Asia Central, de las noches en lujosas tiendas bajo los cielos más estrellados que había visto nunca, de las grandes caravanas de camellos cargadas de toda clase de mercancías, de ríos tan anchos que parecían mares, de guerreros que nunca se bajaban de sus caballos, de mujeres misteriosas y esquivas de ojos rasgados, del aroma embriagador de las especias en mercados de ciudades aún más grandes que Venecia.
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Me contó cómo llegó a la corte del gran Kublai Khan, el hombre más poderoso de su época, cómo logró su confianza y cómo llegó a ser embajador del Khan y gobernador, me describió los palacios de oro, los trajes de las sedas más finas, las mil tribus, los cientos de animales nunca imaginados, las lenguas que tuvo que aprender, los inmensos desiertos, las más altas montañas…
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Me mostró un mapa con el recorrido de su interminable viaje y me confesó que a pesar de todas las aventuras, de todas las riquezas, de todas las maravillas que descubrió en tierras lejanas, durante cada noche de aquellos 24 años, añoraba su ciudad, sus canales, el olor a mar, sus vicoli y sus campi, el sonido de las olas contra las paredes de su casa, el carnaval y las noches de invierno cuando el frío y la humedad se metía en los huesos…
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Y por fin el regreso, tan distinto de aquel jovencito ansioso de aventura. Y después la guerra y la cárcel, y aquel Rustichello que escribió un libro relatando y exagerando todo lo que él le había contado.
Y por fin la vuelta definitiva, la tranquilidad, la familia…pero cada noche las ganas de escapar, de cabalgar por las estepas, de oler las especias, de escuchar los cantos de las mujeres de ojos rasgados, de no saber lo que traerá el mañana…
Y cómo una de esas noches de insomnio una idea se abrió paso entre sus divagaciones…¿y si en lugar de viajar hacia Oriente, lo hiciera en sentido contrario? ¿Qué habría más allá de aquella península que parecía ser el final del mundo?  ¿Qué nuevas maravillas encontraría?
Y así , llevado por aquella idea inconcebible, había fletado un barco y dejado de nuevo su amada ciudad, así había llegado a mi pequeño puerto y a mi casa.
Yo lo miré y no supe qué decirle, no pude hablarle de los grandes ríos, de las selvas, de los hombres que construían pirámides, de las grandes montañas y de las llanuras, del tabaco, y el cacao, del tomate y el maíz…no podía desvelar el secreto, todo aquello aún no existía.
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Lo dejé marchar con sus sueños, con sus ilusiones, con sus añoranzas…creo que nunca logró llegar a ese lugar soñado.
Y por si queréis revivir esa fantástica noche, si queréis contar aventuras durante horas, si queréis desvelarle a alguien vuestros sueños, os dejo la receta de estas maravillosas Frittelle veneziane…
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Poner a remojo las pasa con la grappa o el ron durante al menos media hora.
Poner la harina con la ralladura de naranja en un bol, añadir la leche y el huevo y mezclar con un batidor.
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Añadir el azúcar, la sal y la levadura y mezclar bien hasta tener una masa espesa pero fluida. Si queda muy espesa, añadir un poco de más de leche. Por último añadir las pasa escurridas y los piñones, mezclar bien.
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Cubrir y dejar levar en un sitio cálido durante unas dos horas.
Pasado este tiempo, poner al fuego un cazo con bastante aceite, poner una cáscara de limón y cuando empiece a chisporrotear, retirarla e ir cogiendo porciones de masa con una cuchara e irlas echando en el aceite. procurad no coger mucha cantidad cada vez, el tamaño ha de ser mas o menos de media cucharada. Cuando estén dorados por un lado darles la vuelta, sacarlos cuando estén bien dorados y escurrirlos sobre papel de cocina.
Espolvorearlos abundantemente con azúcar glas y comerlos templados o apenas se hayan enfriado.
Y ahora me dispongo a lanzar mi reto a:
                                      Virginia de Sweet & Sour ¿Aceptas el reto?
                                     ¿Y si viene a cenar Georges Brassens?
                                    ¡Tienes 20 días! Tic, tac, tic, tac…
¡Continúa el Desafío!
eldesafio

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29 comentarios :

  1. Cómo me gusta descubrir vuestros Desafíos :).
    Nada más y nada menos que Marco Polo, que ha visto tanto mundo! Pero creo que sin duda acertaste de lleno con el menú, y las frittelle no me extraña que le encantaran. La verdad es que con una buena copa en la mano se podría uno pasar horas charlando con un invitado así :D.

    Un abrazo

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  2. Lola fantástico post!!!!! Me ha encantado tu visita, el sr Marco Polo!! Pues anda que no le agasajaste bien, menuda pinta estos frittelle! Oye... que uno de los más originales post que he visto en mucho tiempo!

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  3. !!!!Qué bonito!!!! Fijate cómo estoy de despegada, que no conocía este reto, es precioso!!!!
    No entendía nada de lo que estabas contando, hasta las últimas líneas del post. Me ha encantado!!!!
    La historia preciosa y la receta, como siempre de lujo!!!
    Enhorabuena!!!! Ahora, esperaré nerviosa la entrada de Virginia!!
    Un abrazo, Begoña

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    1. Ayyy Begoña, después de este post tan precioso en todos los sentidos va a ser dificil estar a la altura....

      Virginia

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  4. Me encanta este reto, no lo conocía! Qué bonito Lolah, has conseguido recrear un ambiente mágico con tu relato, casi me creo que te ha visitado Marco Polo. Toda una lección de historia y un gran ejercicio de fantasía. Me llevo esas frittelle

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  5. Maravilloso, Lola! recordar a Marco Polo ha sido tan bonito, sus aventuras que tanto me hicieron soñar de pequeña, me gustaba hasta la serie de dibujos animados que hacía TVE, y su vida tan interesante aunque la exageraran en los libros. Y el honor de tenerlo a cenar, que te contara de primera mano su vida de viajes...toda es una entrada maravillosa, pero eso ya te lo había dicho, verdad?
    La receta es deliciosa, ya me gustaría ir a Venecia a probarla pero me contentaré con tu receta, dan ganas de llevarse la fuente y ponerse a viajar, aunque ya no sería lo mismo verdad?
    Un beso guapa, ahora esperaremos la aventura de Virginia

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  6. Me ha encantado tu entrada, tu receta, el desafío...todo. Un besazo, Lolah.

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  7. Lolah, qué maravilla de viaje he realizado con tu narración! Toda una aventura fantástica! Claro que es gracias a Marco Polo y todas sus historias que te ha contado. Y gracias a tu labor de investigación he podido conocer también este delicioso dulce veneciano que no conocía y que me encantará probar a mi también ;)

    Besos. Paula

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  8. Genial!!!!! Viajar con todo lo que te "ha contado" Marco Polo es un lujo. La narración ha sido espectacular, menuda aventura!!!! JAJAJAJAJA. Y los dulces, qué decirte, que son buenísimos. estos retos vuestros son divertidísimos. BS

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  9. Lolah...ha sido precioso!!!! De verdad, has recreado tan bien la vida de Marco Polo en un instante con palabras bellas y gestos sencillos, que parecía que estuviéramos leyendo la vida de un contemporáneo!!! Me ha encantado tu recreación.
    Las fotos preciosas también, esa mano, que se adivina veneciana no hay duda... cogiendo una fritelle con ese gesto maduro, antiguo, elegante y educado.
    Fantástico postre veneciano que desconocía, un pariente de nuestros buñuelos pero intuyo que mejores!!!
    Gracias Lolah por un desafío fantástico!!!! Yo que también lo viví sé lo que lo habrás disfrutado!
    Felicidades!!!!

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  10. Lola, ¡Me ha encantado tu relato! Las fotos, la receta y la historia de este magnífico aventurero entrelazándolo todo. ¡Magnífico!

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  11. Lola, con tu relato, no hay lugar a dudas para seguir planteándonos de dónde procede el tan afamado Cristóbal Colón, y buena cuenta puedes tú dar de ello. Fuiste toda una afortunada por ser la elegida para que este viajero y descubridor escogiera tu casa para descansar del viaje que le espera, aunque no es tan largo como hacia la dirección de la que venía.

    Has cuidado todo detalle en tu relato y fotografías. A tu invitado le deleitaste con este dulce, y a mi, no eres menos, porque lo desconocía, aunque viéndolo con tanto detalle es muy del estilo de los buñuelos.

    Y tu escogida para el siguiente reto, Virginia, no puede ser más que acertadísimo. Estoy más que segura que lo bordará, y sabrá agasajar a su invitado no solo por el estómago, si no con la conversación, porque Virginia es una excelente conversadora y seguro que estupenda anfitriona.

    Besos y feliz semana.

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  12. Lola! que bonito relato y personaje, me ha gustado mucho la receta que te voy a decir. Besotes y feliz comienzo de semana.

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  13. Gualaa, menudo descubrimiento de blog!!que de recetazas: de pan, helados, galletas..., ya me he apuntado unas cuantas que me han cautivado sólo con un primer vistazo!
    Una auténtica pasada, gracias por compartir todas estas delicias :)
    1besitoo =)

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  14. Y digo yo, con ese menú y ese postre ¿no aceptarías a alguna invitada que no tuviera que navegar tantas millas para poder compartir tu mesa? Me ha encantado. Enhorabuena.

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  15. Mucha suerte ha tenido Marco Polo de recalar en una cocina magistral como la tuya.
    Preciosa historia y recreación.
    Mil besos Lola.

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  16. ¡¡¡ Hola Lola !!!
    En primer lugar te diré que Reto superado!!

    seguro que todo estarán de acuerdo en lo poco usual que es tener que investigar en detalle a un "desconocido" que va a venir a cenar a tu casa. De ahí que este reto pueda ser tan sorprendente. me encanta como has contado esta historia, de principio a fin.

    La idea de ponerle precisamente a Marco Polo la mejor selección de comida de su tierra, de su casa, es insuperable. Tal como dices, es justo lo que él desearía. Unas recetas maravillosas y un planteamiento perfecto. TE agradezco muchisimo tu participación, lo hemos pasado en grande y ahora lanzas el reto a Virginia que va a tener que ponerse también las pilas... deseando estoy de ver qué curiosidades nos cuenta.

    besazos !!

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  17. qué preciosidad de post, felicidades. Besos

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  18. Un post precioso te lo dije el otro día. Lo he disfrutado cuando lo leí entonces y lo sigo disfrutando en este momento. Me lo has puesto tan dificil que no se si voy a estar a la altura "maestra". Eso si me estoy esforzando porque mi invitado no se vaya con mal sabor de boca.... Tic, tac, ¿que será será?'... Gracias Lola. Bss y nos vemos en unos días.

    Virginia "sweet and sour"

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  19. Lola es espectacular!!m que buen desafío y que bien interpretado!!! Hasta la manga de la chaqueta de Marco Polo!! jajja eres genial, me quedo con tus Fritelle, bsss

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  20. Lola, qué preciosidad de post!!! una entrada chulísima de verdad, decididamente el reto está superado con creces!! y la receta tambien una pasada... me encanta..
    un besote artista!!

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  21. ay Lola! qué difícil ha te nido que ser no poder sorprender al Sr. Polo con unas pataticas a lo pobre con sus pimientos y ... Ay cachis! pero hay cosas que cada uno debe de descubrir por sí mismo. Lola, estos buñuelos los tengo que descubrir por mí misma, no hay otra:-) siempre me encanta todo lo que nos traes, cómo lo traés y como lo escribes pero hoy.. me cachis! te has lucido de lo lindo!

    Besos

    PD: por cierto, empiezo a estar hasta el gorro de estos de Qué Recetas. A ver si se enteran que lo que hacen se llama SPAM. con todas sus letras!

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  22. Plas, plas, plas, plas. ay mi Lolaaaaaa!, que ya sabía yo que lo ibas a bordar!, me encanta lo que le has preparado, que ricos, que bien montada la entrada ¿Te lo has pasado bien?, a mi me da que no lo has tenido ni que pensar, que te ha salido así de requetebien sobre la marcha.
    lo dicho primor que me ha encantado. Y que bien a Virginia le has lanzado el guante, pues vamos a ver que preparar. Que el reto sigue, tic, tac, tic, tac...

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    1. Chelo, te agradezco mucho que me lanzaras el reto, me lo he pasado estupendamente haciéndolo, y eso que después del tuyo el listón estaba muy alto.

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  23. Lola: ¡Espectacular! Te superas en cada post, con las fotos, con las recetas y bueno, con este relato he tocado cielo. Precioso, bien contado y de una forma que me has enganchado y por un momento he creído a pie juntillas que estaba ahí contigo, cenando. Felicidades, de corazón, felicidades por tu buen hacer.
    Un beso.

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  24. Fantástico blog y fantástica bloguera, me ha encantado tu imaginación y creatividad.

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