Estas deliciosas galletas con forma de pequeños croissants las encontré hace por lo menos un par de años, cuando empecé a engancharme a los blogs de cocina. Son de uno de los blogs que más me gustaban, Eryn et sa folle cuisine, lamentablemente lleva ya bastante tiempo inactivo pero afortunadamente aún se puede acceder a sus fabulosas recetas de galletas, pasteles y toda clase de dulces, casi todos creados por la propia autora.
Puedo decir que cuando probé por primera vez estas galletas no me podía creer lo ricas que estaban y si no las he puesto en el blog hasta ahora es porque me gustan tanto que prefiero no hacerlas para no comérmelas todas de golpe...Pero como prueba definitiva os diré que hoy uno de mis hijos chocoadictos me ha dicho que le gustan más que las de chocolate...y yo que pensaba que iba a poder disfrutar de ellas tranquilamente!
Estos son los ingredientes:
-125 gr. de harina
-90 gr. de mantequilla muy fria cortata a dados
-50 gr. de avellanas (sin quitarles la piel si la tienen)
-30 gr. de azúcar
-30 gr. de azúcar vainillada
-1 cucharada de pralin (Aquí explico como hacerlo)
-1 pellizco de bicarbonato
-1 pellizquito de sal
-azúcar glas para espolvorear
Así se hace:
Triturar las avellanas con su piel hasta reducirlas a polvo, sin pasarse para que no suelten el aceite.
Poner en un bol la mantequilla bien fría, el azúcar, la mitad del azúcar vainillada, el polvo de avellanas, la harina, el bicarbonato, la sal y el pralin. Mezclar con la punta de los dedos, hasta que la mantequilla esté bien integrada y la mezcla tenga aspecto arenoso. En este punto amasarla un poco, lo justo para formar una bola.
Envolverla en un film de cocina y dejarla reposar en el frigo al menos durante una hora.
Pasado este tiempo, precalentar el horno a 180º, sacar la masa del frigorífico y dividirla en 20 bolitas de unos
15 gr. más o menos cada una, formar un pequeño cilindro afinando un poco las puntas y ponerlo sobre una placa de horno recubierta con un papel de horno o un tapete de silicona curvándolas un poco para darles la forma de croissant. Con el dorso de un cuchillo hacer cuatro marcas sobre la superficie de cada galleta.
Hornear durante unos 15 minutos.
Mezclar el azúcar glas con el resto del azúcar vainillada y espolvorear generosamente las galletas recién sacadas del horno.
Dejarlas enfríar antes de probarlas, no seáis impacientes!