Le tengo un cariño especial a mi máquina del pan, lo tengo que confesar. En cierto sentido ella es la culpable de que ahora me encuentre aquí tecleando recetas, conociendo gente por todo el mundo, aprendiendo a cocinar cada vez mejor e incluso intentando aprender a hacer fotos cada vez mejores, una nueva pasión que me encanta.
Pues si, todo empezó hace algo más de dos años cuando en un impulso me la compré y me encontré con un escueto librito de instrucciones con unas cuantas recetas. Y claro, ¿a dónde acude uno cuando necesita buscar algo? Pues al Internet, claro...el resto de la historia creo que ya la conocéis, primero encuentras un foro, luego un blog, y otro, y otro...al final aprendes a hacer pan de verdad, y tartas decoradas, y galletas, y cocina india, y china, y ya no puedes vivir sin jengibre y tu cocina se llena de cacharros, de frascos con contenido dudoso...bueno, para qué seguir.
Volviendo a la maquinica, ya sé que lo ortodoxo, lo guai, es hacerlo a mano, amasarlo durante mucho rato, mirar como sube, anotar, calcular...si, pero yo quiero hacer el pan todos los días al mismo tiempo que hago todas las demás cosas, sin mencionar que mi a mi edad con tanto amasado me arriesgo a una lesión en alguna de las pocas partes que todavía no me duele, así que pongo mi maquinica a hacer el trabajo pesado y yo me limito a doblar, dar forma y hornear...y todos tan contentos.
Pero las bondades del cacharro no acaban aquí...¿Qué os parece levantaros un domingo (o un sábado, o si sois afortunados cualquier día), con un aroma dulce y delicioso que llena toda la casa y con el único trabajo de sacarlo de la máqina tener un brioche calentito, doradito, aromático, casi hojaldrado por fuera y tierno por dentro pero lo suficientemente consistente para untarle mantequilla y vuestra mermelada favorita?
Un lujo, un placer de dioses, la mejor forma de empezar el día, os lo garantizo. Y encima, dura tierno varios días...si es que es perfecto!
Supongo que se podrá hacer a mano siguiendo el método habitual, pero hoy mi receta está dedicada a los afortunados poseedores de la controvertida pero maravillosa ¡Máquina de pan!
Estos son los ingredientes:
- 1 y 1/2 cucharadita de levadura de panadería seca
-420 gr. de harina de panadería
-1 cucharadita de sal
-60 gr. de azúcar
-1 huevo entero más 2 yemas
-130 gr. de buttermilk (si no tenéis, leche)
-1 cucharada de agua de azahar
-1 cucharada de Cointreau u otro licor de naranja
-160 gr. de mantequilla
Así se hace (es un decir):
A última hora de la noche (no es conveniente tener mucho tiempo los huevos esperando) poner todos los ingredientes en la cubeta de la máquina, programar: Pan dulce, tamaño mediano, tostado medio y calcular el tiempo para que esté hecho un poco antes de la hora de desayunar. Idos a la cama a soñar con él y a la mañana siguiente dejaos guiar hasta la cocina por su increíble aroma, sacad todas esas maravillosas mermeladas caseras, la mantequilla, si sois muy viciosos la Nutella, haceos un capuccino en la Nespresso...y si sobrevivís ya me contaréis.