Desde hace seis años septiembre es un mes especial, es el año en que nació Yannis, mi primer nieto, uno de los mejores regalos que me ha dado la vida sin olvidar a su preciosa hermana Lara. Y desde el año pasado es el mes de prepararle su tarta de cumpleaños. El año pasado el tema estuvo muy claro, lo que más le gustaba en el mundo eran los dinosaurios...pero este año sus interese se han diversificado (ya es un niño mayor), y hasta una semana antes de su cumple no se decidió...fimalmente el tema elegido fué el de los caballeros medievales de los que tiene una buena colección de juguetes. Para hacerlos me inspiré en los muñequitos de Playmobil, fáciles de hacer y tan simpáticos.
Así que con tan poco tiempo para planearla, este fué le resultado...los dos caballeros con sus caballos y la torre-castillo. A Yannis y a todos los niños les gustó mucho la tarta, aunque no me llegó a quedar tan bien como yo quería...los materiales me dieron algún problemilla. Eso sí, salió riquísima, aunque siempre de chocolate para que le gustara a todos.
El bizcocho de la base lo hice con la receta del bizcocho brownie de Megasilvita bañado en almíbar y relleno de ganache de chocolate. Para el castillo me decidí para variar un poco por un bizcocho Madeira de nata y nueces según la receta de Morgana, estaba muy rico y gustó mucho, lo repetiré.
Para el fondant acudí de nuevo a Megasilvita, mi gran referencia en todo lo referente a las tartas de fondant.
Esta vez quería probar la pasta laminada para compararla con el fondant de nubes que había utilizado en mis anteriores tartas. La pasta laminada es más fina, más maleable, más fácil de trabajar que el fondant de nubes, pero creo que para cubrir la tarta la dejé demasiado fina y no quedó muy consistente, de todas maneras me gusta mucho y la volveré a usar. Lo bueno fué que como era tan finita y además la había aromatizado con aroma de anís, todo el mundo se la comió (un verdadero éxito!)
Para hacer los muñequitos, que debían quedar bien duros para mantenerse bien, hice el pastifondant ( mezcla de pasta laminada y pastillaje filipino), pero quizás por el contacto con el aire me quedó algo grumoso, así que no me gustó el resultado...habrá que seguir investigando.
El toque final fueron unos adornos con glasa real, montar la tarta y rezar para que no se desmontara durante el transporte...afortunadamente no hubo más problemas.